Marzo 19, 2024
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El Llamamiento De Dios

 
 

Esaú Crespo

Introducción

En el v. 1 de este capítulo se nos informa del período histórico de Isaías puesto que se mencionan los reyes que gobernaron en Israel. La nación llegó al clímax de la prosperidad económica en los días que gobernó el rey Uzías. Una nación agradecida se hubiera rendido a Dios en respuesta por todas las bendiciones que el Señor había dado a la nación; pero sucedió lo contrario, el pueblo se volcó en abierta rebelión contra Dios a través del sincretismo religioso así como las injustas maneras en que los ricos trataron a los pobres.

El capítulo 5 nos describe con lujo de detalles todas las maldades que los líderes de la nación cometían en abierto quebrantamiento de las leyes divinas reveladas a través de Moisés. La respuesta de Dios a la rebelión del pueblo sería a través de la invasión del imperio de los asirios. Sin embargo, en la anunciación del juicio también hay un mensaje de gracia puesto que Dios quiere restaurar a la nación y bendecirla ricamente como nunca se vio en la historia y esta bendición vendría a través del Mesías prometido.

Isaías nos da, pues, dos mensajes básicos: juicio y restauración. Todo lo anterior tiene que ver con el destino de la nación, pero también hay un mensaje para cada individuo a quien queremos dirigirnos a través de este mensaje que expresa el deseo de Dios de que el pecador vuelva a El.

I. La dignidad del llamamiento (v. 18)

"Venid, luego dice Jehová"

  • El llamamiento es digno porque llama el Dios santo (1:4; 6: 1 – 3)

    Una de las enseñanzas del profeta Isaías es acerca de la santidad de Dios quien no tolera el pecado cualquiera que sea la manifestación de éste: inmoralidad, idolatría, injusticia social, etc. En el Cáp. 6 Isaías contempla a los seres celestiales alabando a Dios con la doxología: "Santo, Santo, Santo; Jehová de los ejércitos, toda la tierra está llena de tu gloria".

     

  • El llamamiento es digno porque llama el Dios justo (1: 5 – 7)

    El Dios justo castiga el pecado y no importa que sea su pueblo elegido porque Dios no hace acepción de personas.

     

  • El llamamiento es digno porque llama el Dios de gracia y soberano (1:9)

    Los dos temas de la soberanía y la gracia de Dios están presentes en toda la Biblia. El apóstol Pablo en su tratado teológico de la carta a los Romanos y en los Capítulos 9, 10,11 hace una exposición amplia del tema de la soberanía de Dios. La enseñanza paulina es que nadie merece la salvación, pero que Dios en su gracia decide salvar a un remanente de los que creen su mensaje. Ud. que está leyendo este mensaje, usted está siendo objeto de la gracia de Dios. A pesar de que hay un mensaje de juicio para el mundo impío, sin embargo el deseo de Dios es salvarlo a usted a través de la fe en el Señor Jesucristo.

     

  • El llamamiento es digno porque llama al hombre que fue engrandecido con inteligencia, sentimientos y voluntad, atributos que sólo el ser humano ha recibido del Creador; sin embargo, son más obedientes los seres irracionales que el ser humano creado a imagen y semejanza de Dios (ver 1: 2,3). El profeta expresa el lamento de Dios al exclamar en forma poética de que los animales brutos e irracionales como son el buey y el asno está sometidos con toda sujeción a sus amos y que el hombre creado a imagen y semejanza de Dios se ha vuelto rebelde contra su Creador.

     

    • En la Biblia encontramos cientos de llamamientos de Dios a los hombres.
    • El llamamiento de Pedro.
    • El llamamiento de Zaqueo
    • El llamamiento de Pablo.
    • El llamamiento de Moisés
    • El llamamiento de Abraham
    • El llamamiento de Eliseo
    • El llamamiento de Samuel
    • En todos estos llamamientos la respuesta de los hombres fue: "Si Señor, ¿que quieres que yo haga?".

II. La urgencia del llamamiento. (V.18)

"Venid luego, dice Jehová"

El llamamiento de Dios es sumamente urgente por muchas razones, pero principalmente por las que a continuación mencionamos:

  • La muerte está a un paso de nosotros. Leemos en el primer libro de Samuel 20:3: "... apenas hay un paso entre mi y la muerte". Asumimos que tenemos vida larga, sin saber que podemos estar viviendo la última hora de nuestra breve existencia aquí en la tierra.
  • Recuerdo a aquel señor que le hablé tantas veces de Cristo y su respuesta fue siempre: "Después, hermano". Cuando menos lo esperaba el corazón dejo de funcionar.
  • Puede ser que Dios deje de llamar: Proverbios 1: 24 – 28
  • La blasfemia contra el Espíritu Santo consiste en que Dios llama al pecador y éste hace oídos sordos al llamamiento divino.

III. Las demandas del llamamiento (V.18).

"Estemos a cuenta" (v. 18)
¿Cómo estar a cuentas con Dios?

  • Tratando el problema del Pecado.
    • Dios perdona el pecado. En Marcos 2 se hace la declaración de que sólo Dios puede perdonar pecados. Todo pecado es en primer lugar ofensa contra Dios y es a El a quien el pecador debe acudir por la fe para pedir su perdón.
    • El pecado separa al hombre de Dios (Isaías 59: 2) La razón es porque Dios aborrece el pecado debido a su naturaleza santa. Es una enseñanza muy clara en la Escritura que el hombre debe tratar el problema del pecado para acercarse a Dios. En el Antiguo Testamento se derramaba la sangre de un animal inocente y sin defecto para poder acercarse a Dios; en el Nuevo Testamento el Hijo de Dios, nuestro Señor Jesucristo, derramó su preciosa sangre en la cruz del Calvario para comprar nuestro perdón y nuestra eterna redención.
    • El pecado daña a los que están a nuestro lado.
  • Tratando la religiosidad vana (1: 11 – 14).
    Aprendemos en la enseñanza del profeta Isaías que Dios aborrece la hipocresía religiosa; es decir, una religión que se limita a cultos y tradiciones que no están en sintonía con la enseñanza de la Palabra. En el caso de los israelitas, ellos eran fieles en cuanto a las tradiciones, pero sus vidas personales y su manera en que trataban a los pobres en las relaciones obrero-patronales, eran contrarias a las demandas de Dios.

IV. Las bendiciones del llamamiento.

  • Perdón de pecados (v. 18)
  • Crecimiento espiritual (v. 17)
  • Una vida de piedad (v. 17 b)
  • Las bendiciones materiales (v. 19)

    "Comeréis el bien de la tierra"

Conclusión

Dios le hace un llamamiento a cada persona en lo particular, y su llamamiento es para bendecir ricamente a cada persona que escucha su voz. Tengo cerca de treinta años de predicar la Palabra de Dios y nunca he escuchado a persona alguna quejarse de haber entregado su vida a Cristo; al contrario, he escuchado a muchos hombres y mujeres lamentándose de haber desperdiciado sus vidas en actividades pueriles y sin sentido. Puesto que Dios lo llama a Usted, no resista el llamamiento del bendito Dios que lo llama para bendecirlo a usted y a los suyos.

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Pasaje

Isaías 1:10–20

1 Visión de Isaías hijo de Amoz, la cual vio acerca de Judá y Jerusalén en días de Uzías, Jotam, Acazy Ezequías, reyes de Judá.

2 Oíd, cielos, y escucha tú, tierra; porque habla Jehová: Crié hijos, y los engrandecí, y ellos se rebelaron contra mí.

3 El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su señor; Israel no entiende, mi pueblo no tiene conocimiento.

4 ¡Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malignos, hijos depravados! Dejaron a Jehová, provocaron a ira al Santo de Israel, se volvieron atrás.

5 ¿Por qué querréis ser castigados aún? ¿Todavía os rebelaréis? Toda cabeza está enferma, y todo corazón doliente.

6 Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana, sino herida, hinchazón y podrida llaga; no están curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite.

7 Vuestra tierra está destruida, vuestras ciudades puestas a fuego, vuestra tierra delante de vosotros comida por extranjeros, y asolada como asolamiento de extraños.

8 Y queda la hija de Sion como enramada en viña, y como cabaña en melonar, como ciudad asolada.

9 Si Jehová de los ejércitos no nos hubiese dejado un resto pequeño, como Sodoma fuéramos, y semejantes a Gomorra.

10 Príncipes de Sodoma, oíd la palabra de Jehová; escuchad la ley de nuestro Dios, pueblo de Gomorra.

11 ¿Para qué me sirve, dice Jehová, la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y de sebo de animales gordos; no quiero sangre de bueyes, ni de ovejas, ni de machos cabríos.

12 ¿Quién demanda esto de vuestras manos, cuando venís a presentaros delante de mí para hollar mis atrios?

13 No me traigáis más vana ofrenda; el incienso me es abominación; luna nueva y día de reposo, el convocar asambleas, no lo puedo sufrir; son iniquidad vuestras fiestas solemnes.

14 Vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas solemnes las tiene aborrecidas mi alma; me son gravosas; cansado estoy de soportarlas.

15 Cuando extendáis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos; asimismo cuando multipliquéis la oración, yo no oiré; llenas están de sangre vuestras manos.

16 Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo;

17 aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda.

18 Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.

19 Si quisiereis y oyereis, comeréis el bien de la tierra;

20 si no quisiereis y fuereis rebeldes, seréis consumidos a espada; porque la boca de Jehová lo ha dicho.

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