Marzo 28, 2024
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La Necesidad de la Disciplina En La Iglesia Local

 
 

Esaú Crespo

Introducción:

La santa Biblia tiene abundante información acerca del tema de la disciplina en la iglesia local. Desde el Génesis hasta el Apocalipsis Dios nos habla de la disciplina como una necesidad ya sea para evitar el pecado como también para combatir dicho pecado. ¿Cómo se debe llevar a cabo la disciplina en la iglesia local? Depende de varios factores y circunstancias para que así se aplique la disciplina. En el pasaje que hemos mencionado vamos a limitarnos sólo al hecho de por qué debe aplicarse la disciplina en la iglesia local.

I. Porque el pecado del cristiano da una falsa seguridad al inconverso. (vs. 1,2).

El inconverso piensa que vive mejor que el cristiano. Cuando un inconverso observa el mal testimonio de un creyente, concluye erróneamente que está más cerca de Dios porque no hace las cosas malas que el creyente carnal está realizando.

En el caso que nos ocupa el apóstol Pablo dice que el pecado que se estaba cometiendo en la iglesia de Corinto no se observaba ni en la vida de los incrédulos. Recordemos que Corinto era una ciudad portuaria y como tal era un lugar donde se llevaban a cabo toda clase de perversiones, pero aún con todo eso el pecado de los creyentes de Corinto era peor y eso daba la sensación a los incrédulos de una falsa seguridad. El incrédulo de Corinto se decía a sí mismo: "para ser creyente como ése, mejor no lo soy y, al fin y al cabo, yo puedo estar más cerca de Dios porque no comento los hechos repugnantes de ese creyente". ¡Craso error!

La Biblia no enseña que el hombre se salva por prácticas de moral; la Biblia enseña que la salvación del pecador sólo descansa en la pura gracia de Dios que se manifestó en le sacrificio de su Hijo en la cruz del Calvario. Estamos de acuerdo que un verdadero cristiano es una persona regenerada por el Espíritu Santo, pero no hay ninguna garantía de que el creyente ya no va pecar. La Palabra de Dios constantemente nos exhorta a una vida de temor y cuando fallamos contra Dios vendrá la disciplina divina, pero siempre nuestra salvación descansará en la pura gracia de Dios. Los hermanos de Corinto con su pecado estaban cometiendo el grave error de darle al inconverso una falsa seguridad y por eso Dios va a aplicar la disciplina tan necesaria en la vida de la iglesia local y de los creyentes en particular.

II. Porque el pecado del cristiano permite la actividad del diablo. (vs. 3-5).

Véase Efesios 4:27 y su contexto. Así como Dios se relaciona con lo humanos a través de nexos divinos como son la fe en la Palabra de Dios, la comunión con el Espíritu Santo, la vida rendida al Señor Jesucristo, etc.; Así también el diablo tiene sus nexos que lo relacionan con los seres humanos. El apóstol Pablo enseña que el pecado permite que el diablo tenga intervención en la vida de los creyentes, puesto que el pecado es abominación contra Dios y un lazo natural que está relacionado con el diablo. La Biblia dice que el diablo peca desde el principio, pero que el Hijo de Dios, nuestro Señor Jesucristo, apareció para destruir las obras del diablo.

III. Porque el pecado del cristiano trae contaminación a la iglesia local. (vs. 6-8).

Vida nueva. Hebreos 12:15. La Biblia está llena de enseñanzas acerca de que el pueblo de Dios es uno y cuando un miembro del pueblo de Dios peca, esto trae contaminación a todos los hijos de Dios. La Biblia ilustra la iglesia con el ejemplo del cuerpo humano; cuando un miembro del cuerpo sufre un daño el dolor no es sólo para ese miembro, sino para todo el cuerpo; de la misma manera, cuando un mimbre de la iglesia peca contra Dios, su pecado trae contaminación a todo el pueblo de Dios.

IV. Porque el propósito de dios es que los incrédulos sean salvos antes del juicio. (vs. 9-12).

Dios está urgentemente llamando a su pueblo a que testifique a los incrédulos a través de la Palabra predicada como también a través de la vida piadosa que ilumina las tinieblas de maldad que hay en el mundo, y esto es así para que los inconversos tengan la oportunidad de ser salvos antes del día terrible del juicio de Dios que se aproxima a este mundo. Si un creyente da mal testimonio entonces el inconverso endurecerá más su corazón y se perderá, y el creyente dará cuenta a Dios por su mal testimonio que sirvió de tropiezo a alguien que pudo ser salvo.

V. Porque la disciplina tiene propósitos terapéuticos. (v. 5,13).

La Palabra de Dios nos enseña que Dios no aflige a nadie de balde, que siempre que Él disciplina al hombre es con el propósito de corregirlo para bendición del mismo hijo de Dios. Observemos lo que dice la Palabra de Dios en el libro de Hebreos cap. 12: 5-11:

"... y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por él; porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien Padre no disciplina? Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos y no hijos. Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos? Y aquellos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero este para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad. Es verdad que ninguna disciplina al tiempo presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados".

El joven fue restaurado. La disciplina que el apóstol Pablo recomendó y que la iglesia obedeció, llevó a la restauración a la plena comunión de aquel joven que había pecado contra Dios.

(2ª. Corintios 2:5-11).
(Vea Hebreos 12:5-11).

Conclusión:

Dios aplica la disciplina al creyente que peca contra Él; alguna veces Dios disciplina directamente y otras veces lo hace a través de la iglesia local que es el conjunto de todos los creyentes en el Señor Jesucristo.

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Pasaje

I Corintios 5

1 De cierto se oye que hay entre vosotros fornicación, y tal fornicación cual ni aun se nombra entre los gentiles; tanto que alguno tiene la mujer de su padre.

2 Y vosotros estáis envanecidos. ¿No debierais más bien haberos lamentado, para que fuese quitado de en medio de vosotros el que cometió tal acción?

3 Ciertamente yo, como ausente en cuerpo, pero presente en espíritu, ya como presente he juzgado al que tal cosa ha hecho.

4 En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo,

5 el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús.

6 No es buena vuestra jactancia. ¿No sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa?

7 Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros.

8 Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad.

9 Os he escrito por carta, que no os juntéis con los fornicarios;

10 no absolutamente con los fornicarios de este mundo, o con los avaros, o con los ladrones, o con los idólatras; pues en tal caso os sería necesario salir del mundo.

11 Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis.

12 Porque ¿qué razón tendría yo para juzgar a los que están fuera? ¿No juzgáis vosotros a los que están dentro?

13 Porque a los que están fuera, Dios juzgará. Quitad, pues, a ese perverso de entre vosotros.

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