Abril 15, 2024
Portada | English Edition | Contáctenos
Biblia
Radio
Sermones
Himnos
Referenecia
Pasatiempos
Información
Sagradas Escrituras Versión Antigua 1569
 
Cap�tulo
 

 
Libros de la Biblia
 
Antiguo Testamento

Génesis | Exodo | Levítico | Números | Deuteronomio | Josué | Jueces | Rut | Primera de Samuel | Segunda de Samuel | Primera de Reyes | Segunda de Reyes | Primera de Crónicas | Segunda de Crónicas | Esdras | Nehemías | Ester | Job | Salmos | Proverbios | Eclesiastés | Cantares | Isaías | Jeremías | Lamentaciones | Ezequiel | Daniel | Oseas | Joel | Amós | Abdías | Jonás | Miqueas | Nahum | Habacuc | Sofonías | Hageo | Zacarías | Malaquías

Nuevo Testamento

Mateo | Marcos | Lucas | Juan | Hechos | Romanos | Primera de Corintios | Segunda de Corintios | Gálatas | Efesios | Filipenses | Colosenses | Primera de Tesalonicenses | Segunda de Tesalonicenses | Primera de Timoteo | Segunda de Timoteo | Tito | Filemón | Hebreos | Santiago | Primera de Pedro | Segunda de Pedro | Primera de Juan | Segunda de Juan | Tercera de Juan | Judas | Apocalipsis

Isaías Capítulo 64

1  
¡Oh, si rompiese los cielos, y descendieras, y a tu presencia se escurriesen los montes,
2  
como fuego que abrasando derrite, fuego que hace hervir el agua, para que hicieras notorio tu nombre a tus enemigos, y los gentiles temblasen a tu presencia!
3  
Como descendiste, cuando hiciste cosas terribles cuales nunca esperábamos, que los montes escurrieron delante de ti.
4  
Ni nunca oyeron, ni oídos percibieron; ni ojo ha visto Dios fuera de ti, que hiciese otro tanto por el que en él espera.
5  
Saliste al encuentro al que con alegría obró justicia. En tus caminos se acordaban de ti. He aquí, tú te enojaste porque pecamos; tus caminos son eternos y nosotros seremos salvos.
6  
Que todos nosotros eramos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja del árbol ; y nuestras maldades nos llevaron como viento.
7  
Y nadie hay que invoque tu nombre, ni que se despierte para tenerte, por lo cual escondiste de nosotros tu rostro, y nos dejaste marchitar en poder de nuestras maldades.
8  
Ahora pues, SEÑOR, tú eres nuestro padre; nosotros lodo, y tú el que nos obraste, así que obra de tus manos somos todos nosotros.
9  
No te aíres, oh SEÑOR, sobremanera; ni tengas perpetua memoria de la iniquidad. He aquí, mira ahora, pueblo tuyo somos todos nosotros.
10  
Tus santas ciudades son desiertas, Sion desierto es, y Jerusalén soledad.
11  
La Casa de nuestro Santuario y de nuestra gloria, en la cual te alabaron nuestros padres, fue quemada al fuego; y todas nuestras cosas preciosas fueron destruidas.
12  
¿Te estarás quieto, oh SEÑOR, sobre estas cosas? ¿Callarás, y nos afligirás sobremanera?
Portada  |   Sermones  |   Blog  |   Artículos  |   Himnos  |   Radio  |   Pasatiempos  |   Galería  |   Privacidad  |   Contáctenos
Copyright 2000 - 2024 © iglesiabautista.org. Derechos Reservados.